En un inesperado cambio de los eventos, el Presidente de Estados Unidos optó por dejar antes de tiempo la cumbre del G7, que se estaba realizando en Canadá, para volver a Washington. El motivo principal: una intensificación significativa en el enfrentamiento entre Irán e Israel, que en ese momento ya había estado aumentando durante varios días y provocaba inquietud a nivel mundial.
¿Qué ocurrió en la conferencia?
El mandatario justificó su partida alegando que observaba el agravamiento de la situación en Oriente Medio y que su presencia en Washington era urgente. “Probablemente ustedes ven lo que yo veo y necesito regresar lo antes posible”, comentó poco antes de abordar el avión presidencial . En consecuencia, canceló reuniones bilaterales previamente agendadas con Jefes de Estado de países aliados, como México y Ucrania .
Comunicación fuerte mediante plataformas sociales
Desde su cuenta en la red social, el presidente compartió un comunicado del primer ministro de Israel, pidiendo una «evacuación inmediata» de la capital iraní frente a la amenaza de posibles ataques. Asimismo, criticó severamente la negativa de Irán a un acuerdo nuclear potencial, afirmando que «Irán no debe poseer un arma nuclear». Indicó que su gobierno había propuesto un acuerdo con un límite de «60 días» y que, al no ser aceptado, las consecuencias ya estaban en curso.
Encuentro del Consejo de Seguridad Nacional
Una vez en Washington, organizó una reunión especial del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca. Aunque no proporcionó detalles a los medios, se conoció que el objetivo era analizar la situación militar y diplomática en Oriente Medio.
Estrategia: presión sin intervención directa
Simultáneamente, desde el Pentágono se informó sobre el incremento de la presencia militar de Estados Unidos en la zona, mediante el despliegue de recursos de defensa gestionados por el Mando Central. El secretario de Defensa señaló que estos refuerzos son de naturaleza disuasoria y defensiva, no ofensiva.
Al mismo tiempo, se reveló que el gobierno federal detuvo un plan israelí destinado a atacar directamente al líder supremo de Irán, el Ayatolá Jamenei, argumentando que se busca evitar una escalada total y mantener abiertas las opciones diplomáticas.
Mensaje de ultimátum
El mandatario adoptó una postura decidida: instó a Irán a considerar lo que describió como una “nueva oportunidad” para reanudar un pacto nuclear que alivie tensiones. Expresando su interés en un “cierre definitivo” del conflicto nuclear, comunicó la posible movilización de altos funcionarios estadounidenses a Oriente Medio —como su delegado especial o el vicepresidente— si Irán respondía con negociaciones.
Ámbito militar y diplomático
El enfrentamiento se prolongaba con varios días de violencia: Israel había efectuado bombardeos aéreos en áreas nucleares y en los medios oficiales iraníes —como la central de televisión gubernamental—, resultando en la muerte de figuras importantes y científicos del programa nuclear de Irán, según huffingtonpost.es. En respuesta, Irán lanzó misiles balísticos sobre suelo israelí, causando varias víctimas civiles en ambos bandos.
Evaluación de la estrategia
Este episodio evidencia una estrategia que combina:
- Defensa militar preventiva: Aumento de fuerzas defensivas para proteger los intereses del país.
- Influencia diplomática: Llamados públicos y propuestas de negociación bajo presión.
- Establecimiento de barreras precisas: Negativa a acciones peligrosas —como un ataque a líderes iraníes— para prevenir una confrontación directa.
- Llamado a evaluaciones internas: Utilización del Consejo de Seguridad Nacional para revisar posición y medidas.
Consecuencias rápidas
- Militares: El despliegue de buques de guerra y misiles antiaéreos ayuda a estabilizar la región, pero también aumenta las tensiones.
- Políticas: Su retorno prematuro al G7 altera las reuniones con aliados, provocando señales de desconfianza e incertidumbre dentro del grupo.
- Diplomáticas: La presión para que Irán acepte un nuevo marco de control nuclear se intensifica. Sin embargo, hay claros indicios de rechazo por parte de Teherán a condiciones impuestas.
Peligros en cuestión
- Conflicto militar: Si Irán decide atacar bases o intereses de Estados Unidos, podría desbordarse la situación.
- Diferencias en EE.UU.: Algunos grupos del partido apoyan la presión, mientras otros se preocupan por un potencial conflicto con un costo político elevado a nivel interno.
- Repercusión mundial: Los mercados de energía son sensibles al conflicto; la economía mundial podría sufrir ante cualquier incremento de las tensiones.